viernes, 26 de julio de 2013

Arder

y después....¡plop!

¿tan fácil es?

desconectar, desenchufar, anestesia natural

dejar la sangre enfriar

ubicarte en el epicentro de tu realidad

ignorar lo visceral

inspirar, espirar


son hostias sin parar contra el muro que separa tu dolido interés de aquello que nunca alcanzarás a comprender, porque en tu cabeza no caben complicidades forjadas a golpe de calendario ni humos compartidos hasta el amanecer, ni sábanas de hoteles, ni fotos de carnet

y en el barullo del desorden que te compone, volver a arremeter contra el ladrillo, a ver si a fuerza de insistir consigue colarse en la camocha algún concepto que desmenuzar, a sabiendas de que más abajo, un corazón bombea frenético a punto de estallar

¿a qué estas ganas de sufrir, esta ansia por observar situaciones en contextos que jamás entenderás?

¿acaso prefieres arder e incendiar, y olvidar los escombros que te puedan sepultar?



pero ellos.... pero yo....



inspirar, espirar

ignorar lo visceral

tú eres el epicentro de tu realidad

sofocar, apagar

¿tan fácil es?

Descansar.





1 comentario:

Anónimo dijo...

la práctica se confunde a veces con el automatismo, a pesar del coste... y el evidente mensaje del tiempo que a todos nos hace más individuos con unas aspiraciones más difinidas, y claro, más egocéntricas. todos nos disfrazamos, no totalmente, una fina capa con la que nos sentimos cómodos y nos permitimos ser nosotros sin mostrarlo todo, ya alcanzamos ciertas experiencias que nos obligan a pensar en el presente con un déjà vu constante y controlado. pero esa misma experiencia nos hace reconocer las grietas en la muralla, a veces decidimos escarbar, otras esperamos a que ella misma se acreciente ante tí por voluntad propia. el problema como casi siempre lo plantea el tiempo, el que tenemos para profundizar en esas sensaciones y obtener la voluntad o el valor. el tiempo decide más por nosotros que nosotros mismos, es un flitro inquisitor de oportunidades sencillas. lo bueno es que aquellas que nos importan terminamos quitándole todas las respuestas al tiempo, para bien o para mal