lunes, 29 de diciembre de 2008

NWULU

Nwulu vino solo.
Una familia nueva le esperaba aquí. Aqui el cielo es del color de la gaviota y el sol es blanco como la palma de una manita. Hasta lo de hablar tiene otro color aquí. Nwulu aprendió rápido a usar los pinceles de su nueva lenga. Decía cosas bonitas, perdón.... También aprendió a insultar.

Quiso jugar al fútbol en el recreo. Cuando tocó el balón sonriendo, el rubito le insultó. Nwulu no entendió la palabra. Pero entendió el gesto de desprecio, el escupitajo furioso a los pies; entendió perfectamente la cara de asco.
Qué fea debía ser esa palabra. No lloró, pero su labio inferior onduló trémulo.

Papá le regaló a Nwulu un balón de reglamento. Lo llevó a la escuela. El rubito no tocó el balón de Nwulu con el pie, no sonreía. El rubito le dio tal patada al balón que lo mandó fuera del patio, a la carretera, donde seguramente se perdería para siempre. Nwulu no quería que ese niño se sintiera mal, pero no pudo contenerse. Pensó que era la hora de devolverle el insulto aprendido, el que se dice con tanto odio, con tanta ira.
El mayor insulto posible.

Y se lo soltó: ¡NEGRO
!





Todos somos minoría. Alguna vez. En algún sitio.
El Mundo 29/11/2004

2 comentarios:

McLarenX dijo...

Te recomiendo que escuches: Chojin - Cara sucia

ptdfsa dijo...

la conozco ;)