martes, 7 de junio de 2011

¿Qué quieres?

Entonces, cerró el pico.
No iba a poder responder tan fácilmente a esa pregunta. Enmudeció y miró a su alrededor. Normalmente las contestaciones solían llegar a su cabeza sin demasiada dificultad, pero ésta vez no le estaba ocurriendo igual.

¿Qué narices...?
Miraba.
Su mirada se posaba en un lado y en otro, esquivando lo que evidentemente no quería ver.
Miraba al coche que pasaba por su lado.
Al perro con las patas excesivamente cortas.
A la columna.
Al chicle pisoteado en el suelo.
A los takeos de la pared.
A la gente riendo ruidosamente en las terrazas. Finalmente reparó en su cara de impaciencia, con esa expresión que parecía rezar en letras de neón "DILO YA". Instintivamente volvió a mirar al chicle. Una hormiga tiraba de él con insistencia, como dispuesta a estarse así el tiempo que hiciera falta hasta despegarlo entero y llevárselo a la madriguera. ¡Mirad, chicas! lo he hecho yo solita. Se sorprendió en estas cavilaciones sin ningún sentido y utilidad y sintió vergüenza.
Vergüenza por no ser capaz de preocuparse de lo que estaba ocurriendo, cuando se le estaba pidiendo a grito mudo que respondiera, y rápido. Qué iba a responder, si tenía el cerebro congelado y la garganta dormida de la impotencia.

Impotencia de llevar toda una vida pidiendo las cosas claras para, una vez llegado el momento, no saber ni qué decir,
ni qué pensar

... ni adónde mirar.






Quiero que me oigas sin juzgarme.
Quiero que opines sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mí, sin exigirme.
Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mí.
Quiero que me cuides sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mí.
Quiero que me abraces sin a s f i x i a r m e.
Quiero que me animes sin empujarme.
Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mí.
Quiero que me protejas sin mentiras.
Quiero que te acerques sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,
que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas...
que hoy puedes contar conmigo.
Sin condiciones.








[Jorge Bucay.]